La aparición de un articulo en una revista de importancia es un proceso complejo, porque todas estas publicaciones buscan mantener un prestigio que se crea alrededor de los autores que aparecen en sus páginas.
La selección de estos trabajos, por lo tanto, depende de un proceso que permite una selección exigente. Esto se ve amparado con lo que se conoce como la revisión de pares. Y en esta publicación vamos a entender la importancia de este filtro de calidad.
¿Qué es la revisión de pares?
Vayamos por lo básico. Las revistas científicas reciben muchos artículos que buscan ser publicados y para descartar se realiza una primera fase de selección que es bastante sencilla. Aquí se tiene en cuenta aspectos formales como la novedad del tema propuesto o las credenciales del autor. Sin embargo, eso no basta y por eso se realiza la revisión por pares o peer review en inglés.
En palabras simples y comunes, es la evaluación crítica por parte de personal experto en las materias que se explora en dicha revista. Los especialistas, o los pares, reflejarán su conformidad o inconformidad con los editores o los encargados de comunicarse con los autores.
¿Quiénes pueden ser «los pares»?
Guillermo Llanos es un investigador colombiano del campo de la medicina y autor de La alegría de publicar, en el que revela los entretelones de la publicación académica. En dicho libro, realiza un listado de características claves para identificar a los profesionales que son aptos para ser un par.
La primero es contar con un excelente conocimiento del tema. Debe ser una persona que domine el tema, pero que también sea apto para llevar la conversación alrededor del tópico en cuestión. Debe ser capaz de ver las innovaciones que el texto puede generar, por ejemplo.
Lo segundo es contar con imparcialidad. Un buen revisor debe ser capaz de evaluar objetivamente el artículo que se le ha pedido analizar en razón al tema y sobre todo en relación al autor. Esto se apoya en las formas que existen para realizar la revisión. Algo que exploraremos en líneas posteriores.
Los puntos anteriores parecen obvios, pero hay uno que el autor colombiano destaca, ya que no suele ser tomado en cuenta: un par debe ser responsable. El especialista debe responder con la brevedad debida si está disponible para revisar un articulo y, en el caso de que se comprometa a hacerlo, debe respetar las fechas acordadas. Porque todas las personas ligadas al mundo académico saben que los tiempos son sagrados.
Asimismo, un par debe reconocer si no se siente lo suficientemente conocedor de un tema o si tiene algún problema personal que pueda afectar su revisión.
¿Cómo se realiza?
Hay tres formas convencionales de realizar la revisión por pares. Nos referimos a los métodos conocidos como simple-ciego, doble ciego y abierta.
En la revisión de par simple-ciego, el revisor conoce la identidad del autor pero el autor no conoce la del revisor. Durante mucho tiempo fue la más popular, pero las posibilidades que la imparcialidad del par de perdiera han hecho que cada vez sea menos usada.
En la revisión por par doble ciego, tanto los revisores como los autores son anónimos y se ha vuelto la forma más usada por las revistas de prestigio. Entre ellas, la revista LP Derecho.
El único problema que enfrenta este método es la aparición de muchos autores que se autocitan constantemente, pero aun así sigue siendo el estándar.
Finalmente, tenemos la revisión abierta. Aquí los revisores son conscientes de la identidad de los autores y viceversa. Incluso los informes del revisor llegan a ver la luz, antes o durante la publicación del texto final en la revista.
Origen de la práctica
En el artículo The history of the peer-review process, escrito por Ray Spier para la revista Trends in Biotechnology, cuenta algunos detalles importantes sobre los primeros antecedentes de la revisión de pares.
La tradición de las revistas científicas es más antigua de lo que muchos suponen. Se sabe que la revista Journal de Scavans se publicaba en París en 1665 y en años posteriores surgió en Inglaterra la revista Philosophical Transactions of the Royal Society. Ambas fueron pioneras y motivaron a que más especialidades se animaran a crear proyectos similares y en ese momento la evaluación no era tan rigurosa.
Los especialistas coinciden en que los primeros autores publicados por estos espacios eran personas cercanas a los editores y eso era suficiente. Con el pasar de los años, se formó una comunidad más grandes en la que se te publicaba si habías sido ya publicado antes.
Se estima que la primera publicación revisada por pares fue Ensayos y observaciones médicas, financiada por la Royal Society of Edinburgh en 1731. Un proceso en el que participó el comité editorial de dicha revista y que sentó las bases para lo expuesto en este post.
Ahora, podríamos revisar uno de los casos más famosos de revisión de pares en la historia, que involucra a Albert Einstein. En 1905, el genio envió a la revista Annalen der Physik una serie de artículos que serían conocidos como Annus Mirabilis. En ellos explicaba fenómenos como el efecto fotoeléctrico, el movimiento browniano y la teoría especial de la relatividad.
Los textos pasaron por una revisión de pares que habría enfurecido al hombre de ciencias, que no había autorizado al editor en jefe para mostrar su manuscrito «a especialistas antes de que se imprima», y le informó que «publicaría el documento en otro lugar». Algo que hizo y luego tuvo que corregir, ante el compromiso ya realizado con la primera revista. Todo eso fue rescatado del olvido por el investigador científico Daniel Kennefick en el articulo Einstein versus the Physical Review publicado por Physics Today. Una curiosidad que vale la pena saber.