Quince preguntas que te ayudarán a mejorar tus trabajos universitarios

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Es difícil ser crítico al momento de revisar un trabajo académico hecho por nosotros mismos, por lo que necesitamos las herramientas para mejorar nuestras monografías, ensayos u otros. Algo básico es desarrollar una serie de criterios bajo los cuales realizaremos nuestro análisis o comentario. ¿Pero qué es exactamente lo que debemos revisar?

Judith Bell, docente universitaria y autora del libro Cómo hacer tu primer trabajo de investigación (2002), nos entrega quince preguntas que, de ser contestadas, garantizarán que estás entregando un trabajo académico de calidad.

Y es que es preferible encontrar las fallas nosotros mismos a que lo haga el docente que lo revise y que eso no perjudique nuestro promedio final.

Empecemos:

  1. ¿Se entiende bien? ¿Existe algún pasaje que no se entienda con facilidad?
  2. ¿Has revisado con detalle todo el tema ortográfico? Los errores más comunes suelen ser la sintaxis, los signos de puntuación y la jerga o términos coloquiales fuera de contexto.
  3. ¿Has colocado todas tus referencias? ¿Nos hemos olvidado de alguna cita? Recuerda que el plagio es un tema importante a nivel académico y que necesitas señalar a todos los autores que han formado parte de tu investigación.
  4. ¿El título indica la naturaleza del trabajo? Es una de las elecciones más difíciles, pero es fundamental para que el lector, ya sea un docente o un interesado en saber sobre el tema, entienda las dimensiones de tu propuesta. El mejor momento de elegirlo es cuando tengas todo desarrollado.
  5. ¿Están expuestos claramente los objetivos del estudio? ¿Se cumplen los objetivos?
  6.  ¿Se demuestran o no las hipótesis? Todos estos puntos envuelven al corazón de la propuesta y determinarán el éxito de la misma. Un trabajo de investigación sin objetivos no es viable, aunque las hipótesis dependerán de tu propuesta.
  7. ¿Se describen con precisión los métodos de recogida de datos que hayamos seleccionado? De no ser el caso, estarías dejando una parte importante de tu trabajo al aire y no tendría peso académico.
  8. ¿Se presenta claramente cualquier posible limitación del estudio? Los problemas con los que el investigador se encontró durante el desarrollo de su investigación pueden impedir que se pueda profundizar realmente, así que hay que tener muy clara ese idea.
  9. ¿Se han utilizado técnicas de estadística? ¿Son las adecuadas para el trabajo?
  10. ¿Los datos se analizan e interpretan o solo se describen? ¿Estás siendo superficial o toda la información cumple realmente un propósito?
  11. ¿Se presentan las conclusiones de forma clara? ¿Las conclusiones se basan en pruebas? ¿Se hace afirmaciones que no se puedan demostrar?
  12. ¿Hay pruebas de parcialidad? ¿Algún término emotivo o un lenguaje desmedido?
  13. ¿Se puede confiar en los datos? ¿Otro investigador podría repetir los métodos empleados y tener una probabilidad razonable de llegar a las mismas o similares conclusiones?
  14. ¿Son factibles las recomendaciones? ¿Son realmente necesarias para el tipo de investigación que estás realizando?
  15. ¿Si fuéramos el examinador, aprobaríamos el trabajo? Sinceramente, observa tu trabajo y determina si necesitas revisar todo desde cero y volver a revisarlo.

Si hasta aquí todo es correcto, tienes un buen trabajo y es hora de presentarlo lo antes posible. Repite esto de forma constante y verás una notoria mejoría en tu desempeño académico.




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