España. Una audiencia bastante singular tuvo como invitada a Milagros: una testigo de cuatro patas. El proceso, realizado el pasado martes 7, abierto al antiguo dueño de la perra pitbull fue por maltrato animal. Al imputado se le acusa de haber arrojado a Milagros a la basura, encerrada en una maleta.
La magistrada, Sandra Barrera, dispuso que Milagros acuda a la audiencia para «brindar sus descargos». Si bien Milagros no puede hablar, la fiscal de Medio Ambiente aclaró que su descargos serían provistos mediante un médico forense, quien explicaría las lesiones que había sufrido el can.
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Un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de las islas Canarias explicó que la decisión de hacer comparecer a un perro en un juicio como testigo, algo insólito, se acordó por todas las partes, que lo consideraron un buen gesto para concienciar a la sociedad sobre el problema del maltrato animal.
Por su parte, el imputado declaró por videoconferencia desde la ciudad peninsular de Sevilla, donde cumple prisión preventiva por presunta implicación en un caso un robo.
El procesado reconoció haber tirado a Milagros a un contenedor de basura en octubre de 2012; sin embargo, alegó que lo hizo porque pensaba que la perra estaba muerta.
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Milagros se salvó de ser aplastada por el camión de la basura. Unos vecinos lograron oír sus gruñidos dentro del contenedor; posteriormente, abrieron un agujero en la maleta por donde Milagro asomó el hocico.
La fiscalía solicita una pena de nueve meses de prisión, mientras que la acusación ejercida por el albergue animal Valle Colino solicita un año de encarcelamiento.
«Cuando la sacaron, la perra estaba en ‘shock’. Había estado encerrada en una maleta en la que casi no cabía y donde no podía ni respirar. Y se vio que tenía el cuerpo lleno de mordeduras de otros perros», dijo Adriana Naranjo, presidenta de Valle Colino, que cuidó del animal hasta que otra familia lo adoptara.