En la ciudad de Agde, al sur de Francia, un tribunal resolvió sancionar a Dominique Valdez, propietaria de un gato llamado Rémi, tras una denuncia presentada por su vecino, quien la responsabilizó por los daños ocasionados por el felino en su vivienda. La resolución impone una multa de 1250 euros por concepto de reparaciones y costos legales, además de una penalidad de 30 euros cada vez que el animal cruce la valla hacia la propiedad colindante.
El caso se originó luego de que el vecino afectado presentara diversas quejas por el comportamiento del gato, al que atribuye haber dejado huellas en pavimento fresco, orinado en objetos domésticos y hecho sus necesidades en el jardín. Las denuncias fueron acumuladas y derivadas al tribunal local, que determinó que la dueña debía asumir la reparación de los daños y mantener bajo control a su mascota.
Según informó el medio francés Le Parisien, la sanción fue emitida a inicios de 2025, pero el expediente volvió a ser reabierto meses después debido a nuevas reclamaciones. El vecino sostiene que el gato continúa ingresando a su terreno, motivo por el cual la justicia francesa evaluará un aumento de la multa hasta 2000 euros, junto con una penalidad de 150 euros por cada reincidencia.
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La propietaria, en declaraciones a Le Parisien, señaló que la medida ha tenido un impacto negativo en el comportamiento del animal. «Desde la sentencia, Rémi se queda en casa. Es muy complicado. Ha engordado y se ha vuelto agresivo. Ni siquiera puedo dejarlo salir al jardín por miedo a que salte la valla. Es como si estuviera bajo arresto domiciliario, una especie de prisión y un doble castigo», declaró.
